
Hola papás y mamás, como sabéis, Lúa y Marcos siguen obsesionados con encontrar la mejor alimentación posible que les garantice una salud de hierro y de paso, asegure su perfecto desarrollo. En sus últimas indagaciones nutricionales, Lúa y Marcos han descubierto una curiosa propiedad de los alimentos cuyo conocimiento puede aportaros importantes beneficios a vosotros y, cómo no, a vuestros pequeños.
Dietéticamente hablando, los alimentos se clasifican en ACIDIFICANTES y ALCALINIZANTES, según los efectos que producen en el organismo, independientemente de su grado intrínseco de acidez o alcalinidad. Por ejemplo, el azúcar es un alimento alcalino, sin embargo, su ingesta produce un efecto acidificante en nuestro interior. Por el contrario, alimentos de sabor ácido como el limón alcalinizan nuestro organismo. Es necesario incluir recetas en el día a día que ayuden a mantener el equilibrio interno de vuestro cuerpo.

Pero, ¿qué significa que un alimento sea alcalinizante o acidificante? Una sustancia alcalinizante tiende a aportar electrones al organismo mientras que uno acidificante tiende a robárselos. El nivel ácido/alcalino, llamado también PH, debe ser ligeramente alcalino, para compensar la pérdida de electrones que ocasiona la vida diaria.
Cuando tomamos recetas compuestas por alimentos acidificantes, realizamos demasiada actividad física, sufrimos estrés o respiramos aire contaminado, nuestra sangre se acidifica y podemos contraer enfermedades con facilidad. Para contrarrestar la acidez, nuestro organismo utiliza la orina, la respiración y las reservas de sales minerales. Sin embargo, los medios de que dispone nuestro organismo para combatir la acidez crónica no siempre son suficientes para evitarla. Para ello, es necesario llevar a cabo y mantener una dieta equilibrada.

Una dieta compuesta de carne, lácteos, azúcar, fruta, productos refinados, fritos, frutas tropicales y refrescos – en otras palabras, la forma moderna de comer- produce condiciones más ácidas.
En cambio, una dieta basada en cereales integrales (mijo y trigo sarraceno tostado), verduras, legumbres (soja y azuki), algas y otros alimentos naturales, tiende a generar más alcalinidad en el cuerpo y en la sangre.
Más allá de cuidar nuestra alimentación, debemos masticar muy bien la comida, ya que la saliva es alcalina, realizar ejercicio físico moderado, respirar aire puro, eliminar el estrés y no cenar demasiado tarde contribuye a alcalinizar la sangre. Aquí os dejamos un pequeño listado de alimentos que os ayudará a confeccionar recetas saludables para vuestras familias.

Alimentos acidificantes: Alcohol, azúcar, miel, helado, leches, lácteos, grasas, fruta, harina blanca, mantequilla, frutos secos, semillas, legumbres, cereales integrales, pescado, ave, embutido, carne, huevos, queso.
Alimentos alcalinizantes: frutas, limón, verduras de tallo y hoja, judías verdes, guisantes, patatas, verduras de raíz, verduras de tierra, algas, té verde, soja, azuki, café de cereales, mijo, tamari, miso, sal, kasha (trigo sarraceno tostado).
La norma común es mantener una dieta basada en la ingesta de un 80% de alimentos alcalinos y 20% de alimentos ácidos.